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Bodega Cristo de la Vega, Socuéllamos, Ciudad Real.

En el proceso productivo se aprovecha todo, el 100%, es decir, no hay residuos. Lo primero es el orujo que se vende a las alcoholeras que se encargan de extraer el azúcar, fermentarlo y destilarlo para la obtención de alcoholes en el caso de vinos blancos, y directamente se destilan en el caso de rosados y tintos. De los hollejos también obtienen ácido tartárico, el cual vuelve a entrar en el proceso productivo .
A las alcoholeras también se envían otros tipos de subproductos como son las lías, y los subproductos de los sistemas de filtración. De estos subproducto las acoholeras obtienen alcohol, y los residuos solidos lo tratan para compostaje o bien como combustible propio.
Existe un sistema de filtros tangenciales que no hay desecho de tierra. Prácticamente no hay desechos. En cuanto se eliminaron las tierras de filtración, en cada proceso se intenta optimizar para una energía más eficiente.